En el marco de la conmemoración del 2 de abril como el Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas, conversamos con Edgardo Suárez, excombatiente de Malvinas, oriundo de Río Colorado y actualmente residente en Bariloche desde fines del 2000. Con 62 años, Suárez nos relata su experiencia en la Armada Argentina y en el conflicto, sin disfrazar el peso de la memoria y las vivencias de aquel entonces.
“Entré en la marina a los 15 años, luego de cursar dos años en el Bernardo Houssay de Río Colorado… me inicié en la Escuela de Mecánica de la Armada, estuve desde el ’79 hasta fines del ’81”. Cuando egreso, me mandan para Puerto Belgrano, justamente de pase para el buque que fue a tomar las Islas Malvinas” comenta.
Ante la pregunta de qué es lo que lo llevó a inscribirse en la marina: “Recuerdo que fue de un día para el otro, en el televisor de un vecino, escuché que decía: ‘Joven argentino, si tienes entre 15 y 21 años y quieres ingresar a la armada…’, y tenías que ir a la comisaría más cercana a tu domicilio para pedir los papeles de ingreso. Marta Mayo en su momento me preparó para los exámenes.”
Parte II: El conflicto y la vivencia del enfrentamiento
“Desde la Escuela de Mecánica veníamos con una formación académica bastante importante y con mucho estudio, cuando llegó el momento del conflicto llegamos con preparación, pero muy teórica”.
Durante la guerra, Suárez estuvo presente en distintas acciones. “Zarpé el 28 de marzo de 1982 para Malvinas, estuve en la recuperación de las Islas, participé en la recuperación del ARA Alférez Sobral, luego estuvimos en el teatro de operaciones todo el tiempo de la guerra”, rememora.
La vuelta: “En Río Colorado visité a mis viejos a fines de julio o comienzos de agosto, justo después del Mundial de 1982 en España. La verdad es que ya nadie hablaba de la guerra ni recordaba nada de eso. La vuelta de Malvinas fue totalmente anónima y silenciosa… yo seguía en la marina, estuve con mis pares todo el tiempo y me di de baja en el año 1985”, añade.
“Distinta fue la vuelta de otros combatientes que, al terminar la guerra, los dieron de baja y acabaron trabajando en malas condiciones con la carga del conflicto a cuestas. No hay que olvidar que, tras Malvinas, se suicidaron más de 2.000 veteranos de guerra. La situación vivida por los veteranos argentinos se reflejó también en los veteranos ingleses, quienes sufrieron consecuencias tremendas.”
El excombatiente hace énfasis en el código de silencio que obligó a muchos veteranos a no hablar de lo vivido:
“En Malvinas se lo dio todo, pero después vino un proceso de “desmalvinización” y ahí perdimos todo. Uno de los problemas que los veteranos debemos reconocer es que incurrimos en un código intrínseco que nos llevó a guardar silencio sobre la guerra durante 10, 15, incluso 20 años. Nunca supimos muy bien por qué, pues nadie nos dijo “no hablen de Malvinas durante tanto tiempo”. Y, cuando finalmente empezamos a relatar lo sucedido, la gente comenzó a conocer realmente el tema. Yo creo que hasta que uno no cura sus propias heridas, no empieza a contar sus cosas.”
Parte III: Memorias, pérdidas y el legado
Suárez no omite mencionar el profundo dolor que dejó la guerra, recordando la muerte de amigos y compañeros, como Jorge Delfino Pardou, “un muchacho de La Pampa” con quien compartió los días en el aula. Pardou perdió la vida en el hundimiento del ARA General Belgrano.
Edgardo, que se encontraba en el ARA Cabo San Antonio, cuenta: “Al estar rescatando a los sobrevivientes del Alférez Sobral no pudimos ir a socorrer al General Belgrano. Tenía un montón de compañeros míos… y hacía tres meses que habíamos estado todos juntos. En ese momento nos cayó un balde de agua fría, esto no es joda, estamos en la guerra”.
Además de su compromiso con la memoria de Malvinas, Edgardo Suárez comparte su pasión por la historia y la fabricación de cuchillos y armas blancas militares en su canal de YouTube. En su espacio, dedicado a coleccionistas y entusiastas, ofrece contenido sobre técnicas de forja, piezas históricas y su legado en la cultura militar. Pueden seguirlo en su canal @edgardosuarez1213.
También escribió un libro que aún está en edición titulado “Los filos de Malvinas”, motivo que lo llevó a comunicarse con veteranos ingleses por redes sociales para interiorizarse de qué tipo de armas blancas usaron en combate. “Se fue creando un vínculo; nos tratamos con muchísimo respeto”, destaca.
Ante la pregunta de si él volvió a Malvinas, responde: “No tuve la oportunidad y creo que tampoco iría, por el simple hecho de que hay que firmar un pasaporte para entrar en tu propio país”.
Actualmente, Edgardo Suárez se desempeña activamente en la difusión de la memoria de Malvinas a través de charlas en escuelas y presentaciones. “En las charlas que doy en las escuelas y ante grupos, lo que hago es una presentación de lo poco o mucho que hice en Malvinas. No trato de llevarlo para el plano de la guerra… creo que la guerra ya está, en toda guerra: se pasa hambre, se pasa frío, se pasan necesidades”, comenta.
Edgardo Suárez concluye haciendo hincapié en que, a pesar del silencio impuesto durante años, la sociedad y los propios veteranos han comenzado a hablar y a reconocer la importancia de lo vivido en Malvinas. “Ya hace unos 15 o 20 años que se empezó a potenciar mucho el tema de Malvinas y de la pertenencia, la argentinidad, el patriotismo.”