TERCER ANIVERSARIO DE LA ASAMBLEA PERMANENTE POR EL RÍO COLORADO

Este último 20 de julio cumplió tres años de plena actividad la Asamblea Permanente por el Río Colorado, plataforma ciudadana de la comarca que lucha incansablemente por el cambio de la cultura ambiental, la defensa de los ríos y la construcción de una comunidad que privilegie el acceso a la tierra y el agua. Describir objetivos y sus alcances seguramente sería injusto a la hora de connotar un antes y un después desde su constitución, por ello apelamos a la propia descripción de su identidad.
«la Asamblea no sólo «pegamos cartelitos», o nos preocupamos sólo por el caudal. Nos hacemos cargo de muchas cosas más, como la calidad, el acceso, los problemas sociales y territoriales asociados, los usos del agua en toda la cuenca, el costo económico de una represa, los caudales ecológicos, los biomas, las problemáticas ambientales y sociales. Hemos aprendido de geografía, hidrología, geología, obras hidráulicas, ambientales, de leyes y tratados. También estamos aprendiendo a ser comunicadores y divulgadores.
Muchos de nosotros somos ingenieros, docentes, hay algún médico, muchos artistas (gracias a la vida), algunos trabajamos en casa, otros somos abogados, estudiantes, hay pibes y viejos. No, no sólo «pegamos cartelitos». Hemos aprendido a organizarnos, a trabajar en equipo. Muchos de nosotros juntamos mugre del rio, de las bardas, de los caminos alternativos calladitos la boca, mucho somos productores y aprendimos a producir sin agrotoxicos. No no sólo «pegamos cartelitos y marchamos», aunque eso hacemos también, y un «cartelito» lleva horas de discutir ideas y consignas, y «marchar» lleva días de organización, de compromiso colectivo, de unión que muchos parece que desconocen. El mismo esfuerzo y más lleva laburar articuladamente con Asambleas, orgas, y comunidades originarias de 5 pcias. Otro tanto esfuerzo llevan las horas de zoom y teléfono con medios de todo el país, con consultas a especialistas de las universidades. No, no sólo «pegamos cartelitos», es el compromiso y la lucha, pero sobre todo la humildad de saber que no somos los primeros pero tampoco los últimos en defender los bienes comunes y que si hacemos todo ésto es porque pensamos en todos y todas y no sólo en los que tienen la suerte de tener su casita frente al río. Vamos a seguir tranquilos haciendo nuestro trabajo, para el que no fuimos elegidos, pero del que nos hacemos cargo porque sabemos que solo la lucha popular nos va a salvar del extractivismo y del robo de un río. No, no sólo «pegamos cartelitos».