La Cooperativa de Comercialización y Transformación de Colonia Juliá y Echarren, más conocida como CRC (Cooperativa Río Colorado), nació en 1973 en esa localidad, a 15 kilómetros de Río Colorado (Río Negro). Especializada en la producción de peras y manzanas, desde el inicio, sus integrantes buscaron darles valor a las frutas realizando caldos de sidra. Diez años después comenzaron con la fabricación de jugos concentrados y gracias a la innovación tecnológica, hoy desarrollan otros productos a partir de las pulpas frutales.
También exportan a distintos países, entre ellos Chile, Bolivia, Ecuador, Perú, Paraguay y Estados Unidos. Su principal cliente, Estados Unidos, fue quien le puso su apodo.
“Más allá de las exportaciones, para nosotros es fundamental el mercado interno. No sólo por los valores de la cooperativa, sino porque es lo que nos da la continuidad de facturación ante las vicisitudes de la logística en el comercio exterior. Ahora estamos elaborando una sidra vasca natural que pronto lanzaremos al mercado. Será un producto de alta calidad y más sano, ya que las sidras industriales de en general tienen 80 gramos de azúcar agregada. Estamos evaluando que ésta tenga entre 20 y 40 gramos que es como se producen las sidras artesanales y de alta calidad” cuenta Ariel Vilicich, gerente general de la entidad.
La sidra que lanzarán llevará la marca Chacra Juliá y Echarren e impactará en una mayor generación de trabajo en la región, dado que la producción, elaboración y envasado será en la planta de CRC.
“Realizar el proceso de inicio a fin en nuestra planta es un desafío alto y tiene su costo. En general las embotellan en Buenos Aires, pero queremos dar más trabajo. Además, tendremos el control de la calidad del producto” agrega Vilicich.
Otro objetivo que tiene la cooperativa en lo inmediato es la recuperación de una cantidad de hectáreas de frutales que se perdieron por las políticas económicas neoliberales de los últimos años que muchos productores no pudieron sostener y que hoy CRC está tratando de recomponer. Esto impactará en la producción y el trabajo regional.
“Las inversiones que hicimos nos mantienen competitivos. Nos actualizamos permanentemente. Hoy la cooperativa está certificada por BRC (British Retail Consortium), que garantiza la seguridad alimentaria, y nos audita la compañía suiza SGS (Société Générale de Surveillance), que está en la Argentina. Además, tenemos un departamento agronómico que asesora a los productores que en su gran mayoría son asociados y otros que confían en nosotros”, explica el gerente de la cooperativa.