La investigación del fraude a una trabajadora santarroseña permitió detectar empresas y particulares a quienes se transfirió dinero desde su cuenta. El fiscal Máximo Paulucci aludió a organizaciones con «ingeniería capacitada» que sustraen datos mediante «modus operandi sofisticados».
El fiscal que investiga la estafa a una trabajadora docente a la que le vaciaron su cuenta-sueldo en el Banco de La Pampa, ya tiene confirmado que hubo una falla en la seguridad de la tarjeta de débito que opera mediante la Red Link.
Máximo Paulucci, el fiscal a cargo del caso, aludió en diálogo con El Diario al notable crecimiento de delitos de este tipo y alertó sobre organizaciones y modus operandi “sofisticados, con una ingeniería en la que hay gente capacitada para sustraer datos a los usuarios o a los bancos directamente”.
Reafirmó que en esta situación que involucra a la docente, “todo obedeció a una acción delictiva que no la tuvo como protagonista, ella es una víctima de la sustracción de datos de seguridad”.
Destino identificado
El fiscal confirmó que su equipo de investigadores pudo identificar el destino de las transferencias: “Hay personas físicas y comercios, no de la provincia, donde fueron derivadas las transferencias”, aseveró Paulucci.
El funcionario ratificó en diálogo con El Diario que “arrancamos con la investigación desde el momento de la denuncia, pedimos información al Banco de La Pampa para saber qué podría haber pasado y está muy claro que fueron pagos electrónicos inmediatos que hacen a esa suma total”: unos $130.000 (vaciaron la cuenta-sueldo y sacaron un “adelanto” salarial).
El fiscal explicó que tras la formalización de la presentación se pidió información a otras empresas, algunas privadas, eCommerce, o Mercado Libre, y a partir de ahí “seguimos la ruta de dinero, para saber qué se pagó y en beneficio de quién”.
“Averiguamos quiénes son las personas particulares detrás de la maniobra, que no serían de acá”, reiteró el fiscal.
No hubo descuido ni negligencia
Aseveró que la investigación judicial dejó muy en claro que no fue en esta ocasión un descuido de la persona damnificada, o una negligencia en el manejo de sus datos, sino una cuestión de seguridad en el proceso bancario o de las redes involucradas.
“No solo creemos en el relato de la víctima, sino que nos cercioramos de que esas operaciones no son productos que compró ella ni gastó para sí; fueron con otros destinos, muy alejados de la víctima”, señaló.
Explicó que siempre es complicado seguir la ruta de ese dinero, pero aun así “algún nombre particular ya surgió en la investigación”.