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Internacionales

CUATRO PREGUNTAS SOBRE LOS PROBIÓTICOS Y SU RELACIÓN CON LA SALUD INTESTINAL

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¿Qué son? ¿Qué beneficios aportan a la salud? ¿Cómo incorporarlos en la alimentación? ¿Todos los alimentos fermentados son probióticos? Aquí, las respuestas.

La idea de consumir microorganismos vivos para promover la salud no es algo nuevo. El consumo de alimentos fermentados se asoció a la longevidad y a una vida saludable.

Más allá de esta asociación es importante no confundir los términos y entender las diferencias entre los alimentos fermentados y los probióticos.

1| ¿Qué son los probióticos?
La Asociación Científica Internacional para Probióticos y Prebióticos los define como microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud del huésped. Podríamos entenderlos como “bacterias amigas” que ayudan a potenciar la salud.

Para considerar a estos microorganismos como probióticos es necesario que cumplan con ciertas condiciones que aunque parezcan técnicas debemos entenderlas para no confundirnos:

Estar correctamente identificados, es decir, debemos conocer cuál es el género, especie y cepa de microorganismo. En este caso si comprás un alimento con aporte de probióticos en el listado de ingredientes tiene que estar detallada esta información

Deben ser seguros para su consumo

Debe haber al menos un estudio clínico en humanos que haya demostrada su eficacia

Estar vivos en el producto y en cantidades suficientes para otorgar beneficios

2|¿Qué beneficios aportan a la salud?
Conocemos bastante respecto a las bondades de los probióticos para la salud pero también nos queda mucho por seguir investigando. Entre ellas:

Ayudan a mantener una microbiota intestinal equilibrada y diversa

Reducen el riesgo de infecciones gastrointestinales

Fortalecen nuestro sistema inmunológico

Son antiinflamatorios

Su consumo se asocia a estados saludables pero es importante tener en cuenta que no son milagrosos y que existen una enorme cantidad de aspectos a considerar más allá de su consumo como hábitos de alimentación, calidad y variedad de la dieta, estilo de vida, sueño, descanso, ejercicio físico, entre muchos más.

3|¿Cómo incorporarlos en la alimentación?
Existen por ejemplo en el mercado yogures adicionados con probióticos. Para poder identificarlos es conveniente que leas atentamente la lista de ingredientes de las etiquetas, allí podrás encontrar mencionados “cultivos probióticos”, “fermentos o cultivos lácticos” y el listado de los microorganismos que aportan. Un ejemplo de estos microorganismos probióticos puede ser: Bifidobacterium Lactis, Lactobacillus Casei, Bifidobacterium.

El yogur común es el producto de la fermentación de la leche con bacterias específicas llamadas Lactobacillus Bulgaricus y Streptococcus Thermophilus y se le pueden adicionar otras bacterias con acción probiótica. Estas cepas probióticas tienen una mayor resistencia a las condiciones adversas gastrointestinales que las bacterias del fermento del yogur y llegan viables al intestino.

El yogur es un alimento que tiene una composición definida, es seguro, fácil de incorporar en la alimentación diaria y puede adaptarse a preparaciones saladas si se elige de sabor natural. Es sencillo consumir un yogur como colación, como parte del desayuno, como postre o en distintas preparaciones dulces o saladas.

4|¿Todos los alimentos fermentados son probióticos?
La respuesta es no. Igualmente, que los alimentos fermentados no aporten probióticos o bien no cuenten con la evidencia científica necesaria para ser considerados probióticos no quiere decir que puedan proveer beneficios para la salud.

Los alimentos fermentados son una familia diversa y amplia. Son los viejos nuevos alimentos y se relacionan mucho con la cultura culinaria y de conservación de cada región del mundo. Hay artesanales e industriales, de fermentación natural (kimchi, chucrut, cereales fermentados) o bien los que dependen de la adición de cultivos iniciadores como puede ser el yogur o el kéfir.

Dentro de la enorme familia de alimentos fermentados existen distintos niveles de evidencia científica en humanos en relación al impacto de estos productos en la salud intestinal. Los más estudiados son las leches fermentadas como el yogur y el kéfir de leche. Se ha demostrado evidencia en humanos que sugiere efectos benéficos del yogur en la malabsorción de la lactosa y constipación funcional, y para el kéfir de leche en la malabsorción de la lactosa y mayor porcentaje de erradicación de Helycobacter Pylori. Por otro lado hay limitada evidencia para el kimchi, chucrut y miso y sin evidencia para kombucha, tempeh y natto.

Hay que considerar además que en los alimentos fermentados elaborados de manera casera como puede ser el caso del kéfir o el chucrut dependemos de las condiciones de fermentación, de la temperatura ambiente, de las condiciones de higiene, entre otros aspectos. Al ser alimentos elaborados de manera casera y tan dependiente de los ingredientes elegidos y las condiciones de fermentación no podemos asegurar su composición ni demostrar su eficacia y seguridad.

Fuente: Ámbito

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